Cuando vamos a esquiar, todo parece idílico. El entorno nevado, paisajes bellos y deslizarse suavemente por la nieve con una sensación de libertad indescriptible. Sin embargo, es frecuente que, durante la práctica del esquí, como cualquier deporte, puedas sufrir lesiones. Las más comunes tienden a ser leves lesiones en ligamentos o articulaciones. Teniendo en cuenta los consejos que vamos a ofrecerte, evitarás las lesiones sencillas y también las complejas.
Algunos consejos antes de esquiar
El mejor aliado contra las lesiones es el sentido común. A veces, como deportistas, corremos excesivos riesgos. Pensar dos veces antes de hacer algo inusual previene muchos accidentes.
Toma clases con especialistas alguna vez. Te servirá para mejorar aquellos defectos que sigas arrastrando. Así, nuestra técnica siempre será susceptible de mejorar y, por tanto, de evitar lesiones relacionadas con una mala colocación.
A pesar de que el esquí es un deporte con una técnica muy concreta, hay un tipo de entrenamiento que va más allá de la colocación, el entrenamiento físico. Por muy bien que esquiemos, nuestro cuerpo sufrirá más y estará más expuesto a lesiones si no trabajamos otros aspectos de la condición física previamente. La flexibilidad, la fuerza, la resistencia o la capacidad de rotación de las articulaciones son atributos físicos que sirven para poner a punto nuestro cuerpo, como si de una máquina se tratase.
En cuanto al material, mantenlo siempre limpio. Asegúrate de que los esquíes, las botas y los bastones están en buen estado y de que no necesitan ninguna reparación. Si algún elemento está defectuoso, no te juegues una lesión seria por no reemplazarlo.
Por último, no es recomendable para principiantes esquiar más de tres horas seguidas, ni tres días seguidos ni después de las 3. Es decir, la regla del 3.
Si vas a esquiar, acuérdate de estos consejos y disfruta con cuidado de este maravilloso deporte. Coméntanos tus impresiones sobre ello.
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