Ya sabes que hacer deporte tiene muchos beneficios a nivel de salud física y mental, pero algunas personas se rinden. Cuando esas personas no están acostumbradas a ejercitarse, tienden a buscar resultados inmediatos o a frustrarse al hacer sacrificios. Esto no es más que una etapa pasajera que, al superarse, engancha a la práctica deportiva de por vida.
Vamos a ver unos pasos fundamentales para que logres tener unos buenos pilares en los que apoyarte si te viene esa sensación de dejadez.
¿Cómo no abandonar el ejercicio?
Elegir la actividad correctamente
Hay muchas actividades que no solo son saludables, sino además divertidas o entretenidas. Los deportes en sí suelen enganchar por su espíritu competitivo, por lo que pueden ser una buena alternativa. Hay otras disciplinas como el running, el yoga o el pilates que te permitirán poco a poco ir encontrando tu ritmo.
Una actividad física a tu medida
Los problemas aquí suelen ser un fallo en la decisión de la actividad junto a objetivos poco realistas. Conoce tu cuerpo y elige el volumen de trabajo que puede soportar. También debes integrar el ejercicio en tu vida de una manera que no sea un castigo, sino que te libere.
Elige bien tu material y equipamiento
No se trata de gastar dinero, sino de encontrar un equipamiento con el que estés cómodo y te veas bien. Quizás solo por enfundarte tu ropa de deporte te merezca la pena entrenar. Lo que está claro es que debes evitar aquellos productos que puedan ser molestos.
Encuentra tu sitio
Esto depende absolutamente de ti, pero debes tener en cuenta distintos factores. Si te decantas por entrenar individualmente en casa, estarás más tranquilo y probablemente con menos presión de grupo. Sin embargo, no podrás recibir ayuda por parte de otros deportistas más experimentados, como sucede habitualmente en los gimnasios. Depende de la persona, unos valoran más la intimidad y otros prefieren convertir el ejercicio en una actividad social.
Organiza una rutina
La clave está en hacerte un pequeño horario en el que organices tanto actividades principales como complementarias e, incluso, comidas. Una vez que tengas este organigrama esbozado de manera sencilla, ponlo a prueba. Si ves que es asumible, intenta mantenerlo durante al menos dos semanas. Es entonces cuando habrás superado la primera barrera y, a partir de entonces, ya estarás más acostumbrado.
Sé realista y comprensivo
Todos los comienzos son complejos, eso no es ninguna novedad a estas alturas. Por eso mismo debes intentar apuntar a objetivos que sean materializables y, a la vez, ser comprensivo contigo mismo. Tu cuerpo, como el de todos, tiene unos límites. No te culpes en exceso por no conseguir tus metas si estás seguro de que has dado todo por intentar lograrlas.
Retos y metas
El ser humano funciona también en base a estímulos y recompensas. De este modo, en el día a día podemos ir proponiéndonos retos asumibles. Se trata de metas a corto plazo que podamos alcanzar simplemente poniendo un poco más de nuestra parte. Correr un kilómetro más o hacer una serie extra te darán una sensación muy agradable de satisfacción al acabar el ejercicio.
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