Hacer deporte se ha convertido en una obsesión para muchas personas que incluso ponen su salud en juego. De nada sirven las dietas, el entrenamiento o su práctica regular cuando alguien hace demasiado deporte. Todos los cuerpos tienen un límite y si no se respetan, las consecuencias pueden ser terribles. Estas 5 señales indican que alguien tiene una mala relación con el deporte.
1. Odia los días de descanso
¿De qué sirve el día de descanso? Muchos deportistas se hacen esta pregunta, considerando que es una pérdida de tiempo, 24 horas mal invertidas. Sin embargo, el músculo y el cuerpo necesitan descansar, de ahí la importancia de respetar tanto los días de descanso como las horas de descanso nocturno. Si el músculo no descansa, no puede desarrollarse. Además, el deportista notará que no avanza al ritmo adecuado.
2. Sigue añadiendo peso, resistencia o velocidad aunque esté al límite
Otro error típico del deportista es trabajar siempre al límite y, aunque sepa que no puede más, continuar aumentando intensidad al entrenamiento. Tan negativo es entrenar por encima del límite como hacerlo por debajo. Un entrenamiento excesivo impide al músculo recuperar, por lo que no podrá ganar fuerza. El límite aumenta poco a poco, pero al buscarlo continuamente, se corre el riesgo de anular el esfuerzo.
3. Prefiere hacer deporte a cualquier otra cosa
También relacionado con el respeto al descanso, se puede compaginar la vida social con la práctica regular del deporte. Entrenar no puede ser la excusa para no socializar, pero tampoco para no dormir o no comer. En este sentido, conviene apuntar a la necesidad de seguir una dieta equilibrada, que proporcione los nutrientes necesarios para hacer deporte.
4. El dolor como sinónimo de buen entrenamiento
Muchas veces se confunde el dolor con las señales de un buen entrenamiento, algo que no acaba de ser completamente cierto. Es verdad que al principio pueden aparecer las agujetas, y que, al trabajar grupos musculares poco habituales puede aparecer el dolor, pero de ahí a que sea una constante hay un largo camino. Los dolores continuos y las lesiones frecuentes son avisos de que el cuerpo está llegando al límite.
5. Dormir es de cobardes
La sobreexcitación del cuerpo a causa de un ejercicio excesivo también se manifiesta en forma de insomnio. El cuerpo es incapaz de relajarse, y el deportista no puede dormir, de forma que tampoco podrá descansar por las noches y tendrá dificultades a la hora de rendir, tanto en el deporte como fuera de él.
Todos los que se sientan identificados con alguno de estos síntomas deberían replantearse por qué hacen deporte, ya que pueden estar perjudicando su propia salud. A continuación, pueden compartir su caso o ejemplos que conozcan de mala relación con el deporte con otros deportistas en los comentarios.
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