Son muchas las personas que vuelven del verano con unos cuantos kilos de más, que son la consecuencia de no haber hecho mucho deporte y de haber combatido el calor con más cervezas de las deseables. Si a ello se añade que las cañas suelen ir acompañadas de sabrosas tapas, la conclusión resulta bien clara: es necesario ponerse en forma iniciando cuanto antes el proceso de pérdida de grasa y de kilos.
Es un objetivo que se puede conseguir cambiando de forma disciplinada algunos hábitos que deben ser sustituidos por otros que son más aconsejables, siempre teniendo en cuenta que el objetivo fundamental es el de preservar la salud.
Consejos para bajar kilos y mejorar la salud
1. Hacer un mayor uso de la cocina de casa.
Una vez que acaban las vacaciones conviene poner punto y final al exceso patatas fritas y cacahuetes ingeridos en las terrazas. Lo que requiere el nuevo tiempo es olvidarse de los productos precocinados de fuerte carga calórica y recuperar el hábito de ponerse a hacer la comida en la cocina de casa. Por otra parte, lo mejor que pueden hacer aquellos que por razones de trabajo tengan que comer fuera es llevarse un tupper con la comida elaborada también en la cocina de casa.
2. Poner frutas y verduras en la dieta.
Al ser alimentos acuosos con un importante contenido en fibra, la densidad calórica que se consume es menor y se genera en el organismo una sensación de saciedad mucho mayor. Son productos necesarios para todos aquellos que tienen el firme propósito de adelgazar.
3. Beber más agua y renunciar a las bebidas azucaradas o con alcohol.
De lo que se trata es de hacer lo contrario a lo que se realizaba en el chiringuito de la playa. Hay que beber mucha agua para estar convenientemente hidratados y olvidarse por una temporada de los refrescos azucarados y del alcohol.
4. Hacer una autoevaluación de lo que se come y del tipo de ejercicio que se realiza.
Se trata de eliminar hábitos que no son saludables en las dietas y de sustituirlos por otros que sí lo son. Lo ideal es olvidar el picoteo para siempre o renunciar al tocino en el cocido de garbanzos. Y que quienes van al trabajo en coche o autobús se decidan a ir a pie por la ciudad.
5. Moverse y evitar el sedentarismo.
Hay que estar en constante movimiento todo el tiempo que se pueda. Es algo que deben tener especialmente en cuenta quienes trabajan durante 8 horas sentados en una oficina. Ir al gimnasio o echarse a correr por las calles está muy bien, pero no conviene olvidar que tal vez existan otras formas de hacer deporte y ejercicio como ir a caminar, subir escaleras o ponerse a realizar una limpieza en profundidad de la casa.
6. Dormir ocho horas y descansar bien.
Este aspecto es muy importante porque cuando el individuo permanece despierto muchas horas tiene una mayor tendencia a ingerir alimentos y bebidas azucaradas. Por lo tanto, lo que se aconseja es que, en la medida de lo posible, cada persona descase 8 horas como mínimo. Además hay que tener en cuenta que un descanso oportuno resulta reparador para el organismo. Tanto como hacer deporte.
7. Hay que masticar bien y no engullir.
Quienes mastican poco y de forma muy rápida tienen una mayor predisposición al atracón, por la rapidez y el ansia que emplean para comer. Por el contrario, masticar despacio ayuda a que el individuo tenga una temprana sensación de saciedad.
En definitiva, aunque comer es un placer, conviene analizar qué se come y cuánto. Y por supuesto, adentrarse por la senda del deporte y el entrenamiento. Así es posible volver a recuperar la forma deseada.
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