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4 señales que indican si somos adictos al deporte

Hacer deporte puede ser positivo para nuestra salud y lograr que nos sintamos mucho mejor cuando lo practicamos. Sin embargo, hay ocasiones en las que el amor por el entrenamiento se convierte en una obsesión. En esas situaciones, la salud pasa a un segundo plano y las dietas, que antes parecían sanas, se vuelven más extremas.

Pero ¿cómo podemos identificar si nos hemos vuelto adictos al gimnasio? En este post vamos a ver cuatro señales que pueden indicarnos que debemos relajarnos un poco con respecto al ejercicio.

Cuatro preguntas para identificar a un adicto al entrenamiento

Si nuestros familiares y amigos comienzan a decirnos que quizá nos estemos pasando un poco con el ejercicio, puede que nos preguntemos si somos adictos. Por eso, es importante que nos hagamos cuatro preguntas y respondamos de forma sincera.

¿Pasamos mucho tiempo en el gimnasio?

Es normal que vayamos al gimnasio regularmente si queremos mantenernos en forma. Sin embargo, cuando ya necesitamos estar ahí dentro para sentirnos bien comenzamos a tener un problema.

Si notamos que vamos dos o más veces al día al gimnasio o que pasamos allí más de 3 horas, quizá tengamos que comenzar a pensar en aflojar el ritmo.

No solamente debemos relajarnos en este sentido porque estemos ocupando gran parte de nuestro tiempo en la misma actividad. También debemos tener cuidado y actuar rápido, ya que un sobreentrenamiento puede provocarnos graves lesiones.

¿Los números son muy importantes?

A todos nos pasa; nos fijamos en los números, miramos la cantidad de centímetros que hemos disminuido en la cintura o la cantidad de kilómetros que hemos corrido. Sin embargo, si esos números comienzan a ser más importantes que el mero hecho de hacer ejercicio para sentirnos bien, puede ser que tengamos que solucionar un problema.

Es mucho más importante saber cómo reacciona nuestro cuerpo ante el entrenamiento, fijándonos detenidamente en la reacción de cada uno de los músculos, que cuántas calorías estamos quemando.

¿Preferimos el ejercicio a la vida social?

Si salir a hacer ejercicio nos está alejando de las personas de nuestro alrededor o nos impide hacer vida social, es hora de parar. Desde luego, no tiene nada de malo salir a correr en lugar de ir de fiesta. Pero si la obsesión por el entrenamiento nos impide pensar en otra cosa y lo deseamos más que salir con los amigos, quizá sea el momento de comenzar a tomar medidas.

¿Solo pensamos en entrenar?

El problema se vuelve más grave cuando preferimos acudir al gimnasio antes que hacer cualquier otra cosa en nuestra vida. El hecho es que hay actividades que no deben eludirse y si las dejamos de lado por hacer ejercicio, nos estaremos perjudicando.

La salud por encima de todo, sin olvidar las dietas

Si hemos dicho que sí a una o más de estas preguntas, es posible que necesitemos ayuda. Obsesionarnos con el fitness no es una buena idea en ninguna de las circunstancias que se nos puedan ocurrir. El deporte es algo positivo que debemos practicar para sentirnos bien, pero no de forma que resulte obsesivo. ¿Qué te parece? 

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