Hoy vamos a hablar de algo de lo que muchos de vosotros habréis escuchado hablar pero seguramente pocos lo hayáis aplicado, me estoy refiriendo a la carga y descarga de hidratos de carbono. Es un proceso que se utiliza en época de precompetición para afinar al máximo el cuerpo y lucir el mejor aspecto que se puede dar en una tarima. Desde aquí os decimos que no se trata de una dieta para todos los públicos, pues unicamente veréis resultados si estáis con un porcentaje de grasa bajo, pero como el saber no ocupa lugar, vamos a conocerla.
La base de esta dieta radica en el concepto de realizar una primera fase de descarga y, posteriormente, realizar una fase de carga.
La fase de descarga es el momento en el que realizamos una bajada sustancial de las calorías que ingerimos en forma de hidratos de carbono. Esta fase puede ser gradual o inmediata, eso dependerá del punto en el que nos encontremos a la hora de definir.
La fase de carga, por su parte, es el proceso contrario: llevamos a cabo una ingesta calórica alta pero, esta vez, además de ser gradual, es inmediata. Es decir, en un día concreto debemos incrementar notablemente los hidratos de carbono.
¿Cómo llevar a cabo la carga y descarga?
Días de descarga
La fase de descarga la podemos prolongar entre 3 y 5 días, aunque las personas que van a empezar con este tipo de dieta deben empezar con 3 días de descarga para comprobar que todo va bien.
En los días de descarga debemos reducir el consumo de hidratos de carbono y que estos sean únicamente hidratos compuestos como verduras y hortalizas. Al mismo tiempo, debemos aumentar considerablemente el consumo de proteínas para compensar la reducción calórica de los hidratos, y también controlar el consumo de grasas que deberán ser grasas monoinsaturadas en pequeñas cantidades. El objetivo principal es vaciar el glucógeno del cuerpo para supercompensar en la fase siguiente.
Días de carga
Los días de carga pueden ser entre uno y dos, dependiendo también de los días de descarga que hemos marcado.
En los días de carga nuestro objetivo es aumentar considerablemente la ingesta de hidratos, incluso por encima de las proteínas y las grasas para, como hemos dicho más arriba, reponer y llenar al máximo lo depósitos de glucógeno para que nuestro cuerpo siga avanzando y mantenga ese aspecto duro y voluminoso.
Todo esto, evidentemente, dependerá de los objetivos de cada persona y los resultados que esté buscando, pero la mejor forma de conseguir la dieta adecuada para cada persona es probando y aprendiendo de los errores.
Como veis el concepto es sencillo, pero no es muy recomendable para todo el mundo.
Ahora que sabéis más sobre la carga y descarga de hidratos, ¿Te gusta este tipo de dieta? ¿La habías probado alguna vez?
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