HIIT son las siglas de High Intensity Interval Training, un método para hacer deporte en intervalos de alta intensidad que se ha puesto de moda en los últimos tiempos. Se trata de un entrenamientocardiovascular que nos exige grandes esfuerzos en cortos espacios de tiempo, y que es una de las formas más efectivas para mejorar la resistencia física y quemar grasa corporal, debido a que aumenta la capacidad que tiene el organismo para oxidar tanto la grasa como la glucosa.
Este revolucionario sistema de entrenamiento nos permite bajar calorías horas después de haber terminado la actividad física, lo que se conoce también como consumo excesivo de oxígeno post ejercicio (EPOC). Se trata del resultado del cuerpo tratando de regresar a su estado de reposo. Y es posible ponerlo en práctica a través de muchas rutinas de trabajo, entre ellas en la cinta de correr.
Un entrenamiento que arroja muchos beneficios
Gracias al HIIT es posible mejorar los niveles de condición física hasta puntos desorbitados. Este tipo de entrenamiento es ideal para incorporarlo en la preparación de personas cuyo deporte exija cambios de intensidad con frecuencia, como es el caso del fútbol.
También para quienes no son profesionales y, simplemente, esperan reducir al mínimo la ganancia de grasa, o bajar sus niveles de forma considerable. Es importante que consultemos a nuestro médico si padecemos afecciones cardíacas, diabetes o cualquier tipo de insuficiencia respiratoria, porque en estos casos la aplicación del HIIT a nuestra rutina deportiva puede resultar peligrosa y contraproducente.
Entre los beneficios que arroja este sistema está el mantenimiento de la masa muscular, la mejora de los reflejos y la condición física. Sumado a dietas saludables, constituye la receta perfecta para ganar en salud.
El HIIT en la cinta de correr es un entrenamiento que busca poner al límite a quien lo practica, debido a que se ha de ejecutar a una velocidad máxima cuyo ritmo es prácticamente imposible mantener durante más tiempo que el estrictamente prescrito.
En concreto, el ejercicio no debe durar más de 10 o 15 minutos, de los cuales los cinco primeros han de ser para un calentamiento, el cual se ha de practicar en un estado de estabilidad y a la mitad de la velocidad máxima que puede alcanzar el deportista.
Los 5 minutos siguientes hay que hacer intervalos de 30 segundos corriendo a la máxima velocidad y los otros 30 a una intensidad leve o, incluso, andando. Esto se ha de repetir en cinco ocasiones. Los 5 minutos finales de este entrenamiento se tienen que dedicar al enfriamiento, en el que hay que correr a la mitad de la velocidad máxima.
Para hacer deporte con este método es importante tener en cuenta que un exceso de carga puede acarrear lesiones. De ahí que sea conveniente aumentar los intervalos progresivamente, conforme la condición física mejora.
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