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Dieta alta en grasa para mejorar la resistencia

¿Pueden ser las dietas altas en grasa la mejor opción para los atletas de resistencia? Esta es una cuestión que se lleva debatiendo a través de multitud de estudios de deporte en prestigiosas universidades desde Copenhague hasta Otago. Y sus resultados son no concluyentes.

Alimentación para el entrenamiento de resistencia

A grandes rasgos, y para no resultar tediosos con tecnicismos científicos, podemos resumir que estos estudios someten a uno o varios grupos de atletas a dos tipos de dietas: unas altas en grasas y otras altas en carbohidratos. Posteriormente, se les somete a una prueba o entrenamiento entre el 60 % y el 80 % de su VO2 máximo, un rango completo en ejercicios de resistencia. Y, como hemos comentado, ninguno de ellos consigue demostrar una diferencia significativa en el efecto que tienen los tipos de dieta sobre los resultados de las pruebas de esfuerzo.

Sin embargo, si atendemos a la premisa de que adaptando nuestro metabolismo a preservar los depósitos de glucógeno utilizando las grasas (el combustible más abundante en el cuerpo) durante el máximo tiempo posible, sería lógico pensar que el tiempo hasta que se consumen los depósitos de glucógeno se alarga. Por consecuencia, nuestra capacidad de resistencia aumenta.

Entonces, ¿son las dietas altas en grasa un arma secreta que optimice el rendimiento?

Esta es una pregunta que depende de varios factores:

1. Adaptación.

Este es el factor más relevante. Una adaptación u optimización de la capacidad de oxidación de grasas puede permitirnos alargar las reservas de glucógeno y la resistencia. Una dieta alta en grasa y un entrenamiento cercano al 80 % del VO2 máximo incrementará esta capacidad.

2. Tipo de grasas.

No todas las grasas son iguales. Atendiendo a la salud, hay ácidos grasos esenciales como los omega 3 y otros relacionados con la función energética, los llamados ácidos grasos de cadena corta. Para conseguir un aporte graso ideal hay que seleccionar:

  • Pescados, sobre todo azules: sardinas, caballa, salmón, atún, etcétera.
  • Aceite de oliva virgen extra, tanto para cocinar como para aliñar.
  • Frutas, como el aguacate y el coco.
  • Frutos secos y semillas, siendo los mejores el lino, las nueces, las almendras y las avellanas.
  • Carnes magras y huevos.
  • Lácteos: como mantequilla y quesos.

3. Hidratos de carbono.

Está claro que es necesario disponer de glucógeno y tener reservas para la actividad y especialmente para deportes de resistencia. Además de mantener la salud, será vital que los hidratos de carbono estén presentes en la dieta. Lo ideal será buscar hidratos de carbono con un índice glucémico (IG) bajo para complementar la nueva capacidad oxidativa, para lo cual se puede:

  • Realizar una cocción adecuada de los alimentos. Por ejemplo, cocinar el arroz y la pasta al dente y no cocinar demasiado los vegetales.
  • Consumir las frutas y verduras con piel.
  • Escoger pasta, arroz, pan y harinas integrales.

Así, podemos concluir que si bien los estudios no lanzan resultados concluyentes, los expertos apoyan que una mejor capacidad de oxidación de las grasas supone un mayor rendimiento en deportes de resistencia.

Así que la última palabra la tienes tú. ¿Qué dieta prefieres o te sienta mejor para el deporte? Coméntanoslo.  hacer ejercicio antes del desayuno

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