El deporte es una actividad que requiere mucha constancia en cada entrenamiento que realizamos. Pero aunque sea necesario aplicar una técnica más o menos depurada, lo que sí se necesita siempre es disposición para hacer un esfuerzo y voluntad para ejecutarlo. Y lo recomendable es que a ello le sumemos unas dietas equilibradas con las que nos aseguremos una buena salud.
Cómo hacer deporte en el trabajo
Del mismo modo que hacer deporte es importante, también lo es estar a gusto en el trabajo. Y más, si cabe, si podemos compaginar ambas acciones. De hecho, cada vez son más las personas que deciden hacer ejercicio en su entorno laboral y, de esta forma, cuando llegan a casa ya tienen el día completado. Por tanto, hablaremos de algunos ejercicios que pueden llevarse a cabo mientras uno se dirige al trabajo o una vez ya en él.
Bicicleta
El primero de estos ejercicios puede ser ir en bicicleta hasta el lugar de trabajo. Este ejercicio no solo tiene beneficios para la salud al ser una práctica deportiva, sino que también hace que ahorremos tiempo y dinero y nos libremos de los atascos que se producen a primera hora de la mañana y en las otras horas punta de tráfico. De este modo, notaremos este beneficio tanto en nuestro organismo como en nuestra economía, y con ello habremos cubierto el cupo de ejercicio del día.
Levantarse siempre que se pueda
Otra práctica que también se recomienda llevar a cabo durante la jornada laboral es tratar de no estar demasiado tiempo sentado. Por ejemplo, puede ser útil contestar a las llamadas telefónicas de pie, mantenerse levantado, en la medida de lo posible, cuando se celebra una reunión y, si puede ser, mostrarse dinámico con las explicaciones, Además, el momento del descanso o del desayuno puede aprovecharse para estar de pie. Incluso, si se dispone de tiempo, es factible dar un pequeño paseo de 10 o 15 minutos para hacer que la digestión sea más rápida y, a la par, hace ejercicio andando.
Hacer sentadillas
La tercera alternativa que proponemos consiste en hacer sentadillas en los minutos de descanso. Por ejemplo, puedes destinar los cinco últimos minutos de cada hora para hacer este ejercicio y volver al trabajo. Además, estas pequeñas desconexiones también sirven para no estar siempre tan rigurosamente enfocados en el trabajo y no dar pie a sufrir una desconcentración o un embotamiento que nos haga parar obligatoriamente.
Sé creativo
Otra opción es usar el mobiliario de la oficina para practicar diferentes ejercicios, como pueden ser pesas. También es válido alejar la mesa para obligarnos a acercarnos y alejarnos cada cierto tiempo, pues al final estos pequeños movimientos lo que logran es mantenernos en alerta y en un movimiento constante.
Escaleras al rescate
La quinta recomendación es subir y bajar escaleras en el tiempo de descanso. Por ejemplo, si vemos que disponemos de 10 minutos para relax, en lugar de salir de la oficina y estar sentados, puede optarse por conseguir la misma desconexión de una forma dinámica subiendo y bajando escaleras. Es posible que al principio cueste más, pero con el paso del tiempo adquiriremos el hábito de subirlas y bajarlas con más ganas.
¿Qué otras ideas se te ocurren para ponerte en forma estando en el trabajo?
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