El yoga cada vez presenta más variedades y, actualmente, ya es posible llevarlo a cabo suspendido mientras nos aguantamos en una tela colgante. En este caso, quien lo practica está colgando del techo y es necesario que cuente con algún tipo de elasticidad que nos permita asegurar la tela, así podemos practicar el ejercicio con total seguridad. Es el denominado fly yoga, cuya disciplina es el resultado de la combinación de otras tres disciplinas principales: el hata yoga, yengar y de ashtanga, incluyendo también el yoga tradicional.
Una de las principales diferencias respecto al yoga que todos conocemos es la intensidad a la que se llevan a cabo los ejercicios. Solo hace falta que entendamos la temática de este tipo de modalidad, la cual está combinando lo que es el yoga junto a piruetas o acrobacias. El principal objetivo que persigue es ofrecer una rutina de trabajo que siempre esté en contra de la fuerza de la gravedad. Esa resistencia que aplica el aire es la que nos permita progresar en nuestro entrenamiento.
La postura principal en este tipo de ejercicio es mantener la cabeza boca abajo, lo que requiere una enorme dosis de coordinación y también de control del propio cuerpo. No obstante, persigue la misma finalidad que el resto de disciplinas, ya que estamos intentando unificar en un único cuerpo lo que es la parte física, mental y espiritual, entre otras.
Una modalidad que va de menos a más
Sin embargo, resulta muy complicado para los principiantes empezar levitándose en el aire y no sufrir ningún tipo de consecuencia. Por esta razón, y para incrementar el número de asistentes a este tipo de disciplina, los primeros ejercicios están relacionados con el pilates y están en el suelo. A medida que vayamos entrando en confianza, incorporaremos un mayor número de ejercicios en los que estamos suspendidos en el aire.
La duración de las sesiones también suele ir en aumento, ya que inicialmente suelen comprender una hora y se va alargando hasta alcanzar la hora y media. Por ello, es una actividad totalmente progresiva, con el objetivo de que podamos evitar cualquier tipo de lesión o accidente. La mayoría lo acabamos eligiendo porque nos parece desafiante, y además nos aporta los beneficios principales del yoga entre los que se incluyen mejorar la circulación y la flexibilidad, además de conseguir una mejor salud mental.
También reduciremos nuestros niveles de estrés y nos sentiremos mejor con nosotros mismos. Activaremos la circulación, y el hecho de estar en una tela en suspensión mejorará nuestro equilibrio y nuestra capacidad de concentración. En este caso, asimismo conseguiremos una mayor fuerza y potencia de nuestro tren superior e inferior, incluyendo una mayor velocidad. Sin embargo, este tipo de disciplina no está recomendado si padecemos la presión alta, tenemos sobrepeso o algún tipo de lesión de tipo osteoarticular. El hecho de estar colgados boca abajo también mejorará nuestro drenaje linfático.
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