Estirar es una parte fundamental de cualquier rutina de entrenamiento. Te ayuda a mejorar tu flexibilidad y también previene la aparición de posibles lesiones musculares. Asimismo, facilita la recuperación en los próximos días. Sin embargo, hay una serie de estiramientos lesivos que en muchas ocasiones consideramos que son beneficiosos.
Los principales estiramientos lesivos
Uno de estos estiramientos que debes evitar a toda costa es una variante del cuádriceps. Es aquel ejercicio en el que te sientas, cruzas una de las piernas y con la otra flexionas la rodilla para empezar a notar la tensión en ese músculo. No obstante, se produce una hiperflexión de la rodilla donde sufren tanto todos los ligamentos como los meniscos que la rodean. Se trata de un movimiento totalmente desaconsejado.
Debes entender que las rodillas están preparadas para flexionar un poco más de los 60 grados. En líneas generales, cualquier tipo de movimiento que sobrepase eso tiene números de acabar provocando una lesión a largo plazo. De hecho, existe otro estiramiento del cuádriceps que también es poco recomendable. Se trata de aquel en el que te colocas en posición de paso de vallas abriendo las dos piernas. En ese caso, es por el mismo motivo: la hiperflexión en las rodillas. Existen otras opciones para estirar el cuádriceps como cogerte del pie sin sentarte, lo que evita que la rodilla sufra.
La posición del arado, también desaconsejada
Sin embargo, no solo los cuádriceps son uno de los grupos musculares a los que prestar atención. Existe otro ejercicio de flexibilidad, conocido popularmente como posición del arado, que no es recomendable hacer. Consiste en estirarte, levantar las piernas e intentar llevarlas hacia atrás pasando incluso tu cabeza. A la hora de realizar este movimiento, sufre mucho toda la zona cervical. Es el encargado de aguantar la mayoría del peso del cuerpo en una posición de hiperflexión.
La posición fisiológica de todos los ligamentos y músculos que rodean a las cervicales está diseñada para aguantar el peso de la cabeza y no el del resto del cuerpo. De hecho, es un tipo de movimiento que también se lleva a cabo en clases de yoga. Es una postura que se conoce popularmente como Halasna. Se usa para intentar irrigar toda la zona dorsal. No obstante, es totalmente desaconsejada, incluso más si eres principiante. Su realización es muy compleja, y un pequeño error puede tener muy malas consecuencias.
Por este motivo, hay que pensar bien los tipos de estiramiento que llevarás a cabo y el momento correcto. No es bueno tampoco estirar músculos demasiado sobrecargados después de un entrenamiento de fuerza. Como conclusión, es de vital importancia evitar esta serie de estiramientos lesivos, ya que no nos aportan ningún beneficio y pueden llegar a provocarnos algún tipo de lesión. ¿Conoces algún otro? Dinos cuál.
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