Aunque son muchos los que llegan a creer que aquellos que gritamos o gruñimos durante la práctica de algún deporte, lo hacemos solo por llamar la atención, lo cierto es que tiene su explicación.
Los deportistas sabemos que a la hora de hacer ejercicio, tan importante como las dietas y un entrenamiento correcto, en nuestra salud también influyen ciertos detalles a la hora de la práctica deportiva.
Grito y entrenamiento
Es el caso de gritar mientras se entrena, que según un estudio de la universidad de Keele realizado por expertos en psicología, llegaron a la conclusión que decir palabrotas o gritar puede calmar el dolor a la hora de entrenar. Esta prueba realizada con más de 30 personas, llegó a la conclusión de que cuanto mayores son los estímulos, más se incrementa la tolerancia al dolor.
Uno de los deportes donde más gritos escuchamos es en el tenis, y este estudio comprobó que aumenta la fuerza al golpear la pelota y disminuye el consumo de oxígeno.
Existen pruebas que demuestran que pegar un grito no es algo baladí, sino que ayuda a nuestro mecanismo opiáceo endógeno a aguantar más tiempo cuando estamos en situaciones dolorosas a la hora del levantamiento de fuerza, por ejemplo.
Otro más de los beneficios de un buen chillido es que mejora nuestra estabilidad del core en la presión intraabdominal, consiguiendo incrementar el nivel de fuerza y logrando así una buena técnica de entrenamiento.
La primera deportista que despertó el interés de los investigadores fue la tenista Mónica Seles, mundialmente conocida por dejar escapar un fuerte grito al golpear la pelota.
Como ves, a la hora de hacer deporte, no siempre hay que permanecer en silencio conteniéndose, sino todo lo contrario, pegar algún que otro grito puede estimularnos y ayudarnos en nuestro entrenamiento. Te invitamos a que lo pruebes, que te dejes llevar, que saques ese Hulk oculto en ti.
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