La práctica de actividades físicas puede generar lesiones óseas deportivas que requerirán de un correcto tratamiento para tu total restablecimiento. ¿Pero conoces cuáles son algunas de las incidencias más comunes que puedes padecer al llevar a cabo algún deporte? Pues bien, una de las más frecuentes es la periostitis. Se trata de una lesión que es originada por una sobrecarga en los entrenamientos. Como su nombre bien indica es una inflamación del periostio y si no es tratada inmediatamente puede traerte muchos problemas. Por este motivo es necesario que apliques frío sobre la zona afectada. Y por supuesto, que inicies un reposo deportivo de al menos unos cuantos día y hasta que notes una clara mejoría.
Lesiones óseas: fracturas
Las fracturas en algunos huesos de tu cuerpo también se dan con cierta frecuencia, en especial en los deportes de contacto. Como por ejemplo, peroné o costillas, entre algunas de las más relevantes. Esta incidencia la podrás reconocer fácilmente porque te producirá un dolor muy agudo al mover la zona afectada o las extremidades. De la misma manera que notarás sobre la misma una inflamación e hinchazón muy notable que te estará avisando de la fractura. En este caso, deberás acudir a un especialista en traumatología deportiva para que puedan reducirla e iniciar con rapidez un plan de recuperación.
No menos importante es la lesión son las sobrecargas en esta parte de tu cuerpo. Hasta el punto de que te pueden originar microtraumatismo en algunos huesos. Además, casi siempre están vinculadas a la práctica de alguna actividad deportiva que te exige un alto esfuerzo. Aunque en este caso en concreto, no generarán ni deformidad ni desplazamientos como pasa con otras lesiones óseas. El reposo deportivo será más que obligatorio y en algunos casos será incluso necesaria la inmovilización. No en vano, es una de las incidencias que tardan más en recuperarse, entre tres y cinco meses aproximadamente.
Luxaciones en el tobillo
Al referirse a esta clase de lesiones óseas deportivas tampoco debes olvidarte de las luxaciones en el tobillo. Son muy habituales al realizar algunos deportes en donde la función de este hueso en el pie es muy relevante. Como por ejemplo, en deportes de equipo (fútbol, baloncesto o balonmano) y en la carrera a pie. Es una incidencia que se caracteriza por ser muy dolorosa. En esta situación, no quedará más remedio que reducirlo y aplicar una bolsa fría una vez hayas comprobado que has tenido esta lesión. Para a continuación mantener un total reposo de unas cuantas semanas de duración. Aunque si la luxación es abierta probablemente requerirá de la cirugía. En cuyo caso, tu recuperación durará algo más tiempo del habitual hasta que este hueso recupere su movilidad.
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