No hay nada peor en el deporte y en la vida, en general, que carecer de metas por las que luchar. Renovar objetivos, plantearse retos, aumentar los niveles de exigencia o cambiar la rutina de entrenamiento puede ser la clave para mantener el interés por seguir mejorando y superándose cada día.
Sucede a muchas personas que practican deporte con normalidad que llegan a un momento en el que la motivación se tambalea. El entrenamiento que, en un primer momento, les permitía alcanzar la sensación de bienestar que se tiene después de una sesión de trabajo ya resulta insuficiente, hasta el punto de que no ofrece los resultados esperados que antes sí satisfacían.
Convertir una vieja rutina de entrenamiento en un nuevo desafío
No hay ningún secreto en la fórmula que da como resultado un buen estado de salud. Deporte y dietas son la suma perfecta para estar siempre en plena forma. Pero a veces la rutina de entrenamiento que se sigue para alcanzar ese resultado se queda obsoleta y es necesario renovarla. Ahí van 5 consejos que pueden servir de mucho para ayudar a convertirla en un auténtico desafío:
1.Volumen e intensidad
Variar el volumen y la intensidad de cada entrenamiento puede resultar muy efectivo. En ocasiones puntuales, es preferible llevar a cabo cambios bruscos antes que modificaciones graduales. Las rutinas de alta intensidad han de introducirse de manera esporádica para reducir el riesgo de lesión. Decantarse de manera frecuente por las altas cargas de trabajo puede llegar a ser contraproducente.
2. Nuevas tablas de ejercicios
De cada 4 a 8 semanas conviene variar la tabla de ejercicios. Es el tiempo que el cuerpo necesita para asimilar el estímulo al que se ve sometido. Cambiar el número de repeticiones que habitualmente se practican también es recomendable. Para esto, viene bien la regla de realizar 10 series de 10 repeticiones.
3. Entrenar ligero mejor que el descanso
En muchas ocasiones, el entrenamiento liviano es más efectivo que el descanso completo. Se conoce como descanso activo y sirve para recuperar mejor después de una elevada carga de trabajo. Es ideal también para evitar la tentación de caer en el sedentarismo inducido por el cansancio.
4. Número de repeticiones
Limitar cada entrenamiento a un número de repeticiones concreto es también recomendable. El sobreentrenamiento esporádico, llevar el cuerpo al límite, resulta uno de los mejores estímulos anabólicos. Pero solamente se puede alcanzar ese umbral cuando el cuerpo está preparado para ello y después hay que intercalarlo con períodos de escasa intensidad y poco volumen de carga.
5. Disfruta el entrenamiento
Este consejo tal vez parezca el más simple, pero puede que sea el más importante. Hay que disfrutar con el deporte, introducir los elementos necesarios para que su práctica se convierta en una experiencia de disfrute y no de obligación.
¿Acaso hay alguien que prefiera tomarse el deporte como ir a la oficina o limpiar la casa?
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