Hacer deporte e iniciarse en el mundo del gimnasio puede tener diferentes lecturas, aunque la mayoritaria está protagonizada por personas que esperan ampliar su masa muscular en un corto espacio de tiempo con resultados sorprendentes. Una de las rutinas que persigue este fin es el Tabata, uno de los grandes mitos del mundo del fitness.
Entrenamiento Tabata, un posible engaño para la salud
Cuando vamos a entrenar en un gimnasio, al igual que ocurre en todo en la vida, se suele recoger lo que se siembra. Por ello, resulta complicado obtener grandes objetivos, mejorar el estado de salud y la forma física con un entrenamiento que tenga una escasa duración. Sin embargo, no todo deben ser ataques contra una rutina de tipo tabata. En líneas generales es un tipo entrenamiento que consiste en realizar diferentes ejercicios casi sin descanso obteniendo una alta duración cardiovascular, muy parecido al de tipo HIIT. No obstante, acaba después de cuatro minutos, una duración demasiado corta para obtener beneficios tanto aeróbicos como anaeróbicos.
¿Y, por qué solo se entrena durante cuatro minutos? Su fundador, el profesor Tabata, diseñó esta rutina con un grupo de patinaje olímpico. Los deportistas realizaban diferentes movimientos de alta intensidad durante 20 segundos, con diez segundos de descanso, hasta alcanzar los cuatro minutos. Para realizar estos ejercicios se contó con el soporte de un cicloergómetro que permitía practicarlo durante cuatro días cada semana. En este sentido, para conseguir efectividad en este tipo de prácticas se deben cumplir una serie de condicionantes que apenas tienen una parte muy pequeña de la población.
Se debe ser un atleta que cuente con un enorme bagaje, capaz de realizar deporte durante cinco días a las semana de forma constante y de llevar a cabo una práctica deportiva a una alta intensidad a nivel de pulsaciones. Sin reunir estas condiciones puede hasta llegar a ser peligroso para la salud llegando a sufrir diferentes síntomas digestivos como mareos o hasta ganas de vomitar.
Las dietas también son importantes
Muchas personas se apuntan al gimnasio con un objetivo claro de pérdida de peso y grasa corporal. Otro de los grandes mitos es que los entrenamientos de alta intensidad son el mejor método para alcanzar esta meta. La mayoría de profesionales de la nutrición avisan que para perder grasa se debe producir un déficit calórico y, por tanto, para ello llevar una dieta equilibrada es fundamental para poder adaptar el cuerpo a las necesidades deseadas.
Además, numerosos estudios han concluido que entrenar a un ritmo constante más tiempo produce mejores resultados que un tipo HIIT. La intensidad de las pulsaciones determina si es la grasa la que es el combustible del cuerpo o son los glúcidos. Cuánta mayor sea de fuerza y explosividad, menos pérdida de grasa se conseguirá en la rutina indicada.
Hacer deporte requiere de una planificación previa teniendo en cuenta diferentes aspectos de salud como la recuperación posterior, la reducción del estrés personal, la prevención de enfermedades cardiovasculares, así como contar con una base de resistencia antes de afrontar retos de fuerza.
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