Entrenar los sprints no solo es importante para ganar velocidad. Qué va. Gracias este tipo de entrenamiento vas a potenciar, también, tu resistencia y tu potencia. Si de verdad quieres convertirte en un corredor de alto nivel, no lo dudes: incorpora a tu ejercitación una rutina de sprints y persevera en ella.
Por otra parte, hay que reconocerlo, el desconocimiento es habitual cuando nos planteamos entrenar la velocidad punta. Los principiantes podemos sentirnos intimidados al hacerlo y, casi siempre, no tenemos claro cómo trabajar esta parte. ¿Es suficiente con realizar carreras rápidas de corta duración? ¿Cuántas series y qué descansos debes llevar a cabo? ¿Cómo puedes mejorar tus habilidades como velocista sin perder el rumbo? No te preocupes, vamos a proporcionarte magníficos consejos para que crezcas como runner.
Esprintar para mejorar
Los estudios realizados por los especialistas respaldan la importancia de los ejercicios de velocidad para mejorar la resistencia física, tanto a corto como a largo plazo. En realidad, vendrían a ser como una modalidad de entrenamiento HIIT en versión running. Por ello, te ayudan a quemar muchísimas calorías, sobre todo por el aumento de consumo de oxígeno tras este tipo de ejercitación. Después de haber hecho este deporte, tu cuerpo seguirá quemando calorías a buen ritmo. La cuestión capital ahora es: ¿ cómo debes hacerlo?
Consejos para empezar a entrenar los sprints
La precipitación puede llevarte a la lesión, especialmente al trabajar la velocidad intensamente. Seguramente sabes que debes calentar siempre, antes de hacer cualquier deporte. Muchísimo más en este caso. Pon a tono tu musculatura, tus articulación y tu corazón antes de iniciarte. Realiza, para ello, zancadas y saltos, o practica un trote previo con pasos largos para empezar a habituarte.
Al inicio de esta actividad, intercala descansos en una relación de, al menos, 1 a 3. ¿En qué consiste esta ratio? Si corres un sprint de 30 segundos al 80 %, camina a continuación un mínimo de 90 segundos para recuperarte antes de repetir ese binomio. En total, puedes empezar por un entrenamiento de 20 o 25 minutos.
Por último, no cortes tu actividad de repente. Genera una transición, por ejemplo, caminando tranquilamente durante algunos minutos hasta que tu frecuencia cardíaca recupere la normalidad. Estira tu musculatura antes de terminar. Solo así prevendrás lesiones futuras.
Una rutina completa
En realidad, basta con dedicar alrededor de media hora de ejercitación a la velocidad para completar una estupenda rutina para principiantes.
El proceso a seguir, te lo recordamos, es este:
1. Calentamiento: trote o paseo rápido, saltos o zancadas durante 5 minutos.
2. Realización de un sprint de 30 segundos, alcanzando el 80 % de tu rendimiento.
3. Recuperación, andando, de unos 90 segundos.
4. Repetición del proceso durante 5 o 7 veces.
5. Transición final caminando durante unos 5 minutos y realizando los estiramientos finales.
Lo dicho: si quieres crecer como corredor e iniciarte en el trabajo específico de la velocidad, estos principios y consejos te ayudarán a mejorar poquito a poco con absolutas garantías de éxito.
Sin comentarios