Al acabar de hacer deporte, siempre es agradable tomar una ducha de agua caliente. Con ella, además, liberamos oxitocina, que alivia el estrés y la ansiedad. Sin embargo, desde hace siglos, se ha hablado de los beneficios del agua fría para la salud.
Ya los legendarios espartanos consideraban las duchas con agua a baja temperatura como una muestra de fortaleza. Pero este tipo de duchas realmente tienen otros beneficios (salvo para personas con determinadas dolencias, por ejemplo enfermas del corazón).
Beneficios de las duchas de agua fría para la salud
En primer lugar, una ducha de agua fría mejora la circulación sanguínea. Ante la baja temperatura, el corazón aumenta el ritmo de latidos y ello significa que se produce un envío de sangre más efectivo.
Esto se debe igualmente a que el frío contrae las arterias y venas más superficiales. Y, a su vez, esto nos provoca una mejora de la circulación en las internas, incluso en capilares y arteriolas. De esta forma, además, obtenemos una mejor oxigenación del cuerpo.
Otro beneficio de las duchas de agua fría para la salud tiene que ver con la pérdida de grasa. La baja temperatura disminuye el calor corporal. Entonces, el metabolismo activa la grasa acumulada para compensar esa pérdida de temperatura. Y, al ser utilizada, se elimina.
También este tipo de duchas es bueno para la mente y el estado de ánimo. El frío activa las terminaciones nerviosas con la consiguiente alteración del ritmo cardíaco y de la respiración. Todo ello, a su vez, incentiva nuestra secreción de noradrenalina, una hormona que mejora los niveles de ansiedad y estrés contribuyendo a tratar la depresión. Incluso favorece la calidad del sueño.
Otras ventajas de combinar duchas de agua fría y dietas saludables
Es importante señalar que las duchas de agua fría son beneficiosas, pero debemos combinarlas con dietas saludables. De nada sirven este tipo de duchas ni el entrenamiento si no se acompañan de una alimentación sana.
Pero aún existen otros beneficios del agua fría, como una mejor depuración corporal. Estas duchas contribuyen a que el organismo distribuya mejor el líquido linfático, inhiben de purinas el metabolismo y fortalecen el sistema inmunológico mediante el aumento de glóbulos blancos frente a toda clase de virus y bacterias.
Incluso las duchas de agua fría tienen beneficios para la actividad sexual. Se ha dicho muchas veces que el calor es malo para el esperma. Y, de hecho, la baja temperatura del agua eleva los niveles de testosterona en los hombres. Con ello, incrementamos la calidad y la cantidad del citado esperma y mejoramos la fertilidad.
Las duchas de agua fría no son para todos
Pese a todo lo dicho, las duchas de agua fría deben tomarse con moderación. De hecho, hay personas con determinadas enfermedades que no deben ponerlas en práctica.
Por ejemplo, los que están o han estado enfermos del corazón. Para ellos, están absolutamente contraindicadas las duchas con agua fría debido a que provocan alteraciones en el ritmo cardíaco y en la circulación, además de reducir el grosor de las arterias y venas.
De hecho, incluso las personas sanas deben tomarlas con moderación. Y más si acaban de hacer deporte. Tras este, el cuerpo tiene una elevada temperatura y, al ponerlo bajo el agua fría, puede producirse el popularmente denominado corte de digestión, igual que si nos bañásemos en la playa. En este caso, lo mejor es ir acostumbrando poco a poco el organismo al frío para que la temperatura vaya descendiendo, igualmente, de forma pausada.
En todo caso y teniendo en cuenta estas precauciones que acabamos de mencionar, las duchas de agua fría son buenas para las personas sanas. Incluso se utilizan para combatir lesiones en el deporte alternándolas con calor. ¿Qué opinas tú?, cuéntanos si vas a animarte a probar.
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