Por otro lado, los corredores también tendemos a tener malos hábitos que debemos evitar para no perjudicarnos mientras realizamos nuestra actividad.
7 hábitos malos que tenemos al correr
Correr una mayor distancia de la que podemos
El running es una actividad a largo plazo. Por ello, planificarnos correctamente nuestros entrenamientos es fundamental. Muchos queremos ir más deprisa de lo que podemos para llegar a la meta antes de tiempo. Esto puede acabar siendo perjudicial para nuestra salud, porque correr es una disciplina donde el corazón va a muchas pulsaciones.
Tener una mala alimentación
Correr es importante, pero alimentarnos correctamente también lo es. Muchos pasamos por alto este punto y acabamos teniendo problemas. Debemos seguir una dieta completa y balanceada, especialmente basada en los hidratos de carbono y las proteínas después de entrenar. Nuestros músculos necesitan recuperarse con elementos nutricionales y, si no se los damos, no conseguiremos mejorar nuestro rendimiento.
No usar crema solar
En algunos puntos hace mucho calor en algunos momentos del día. Correr al aire libre puede provocarnos fuertes quemaduras en nuestra piel, aumentando el riesgo incluso de sufrir un cáncer de piel. Por esta razón, antes de salir a correr debemos consultar la previsión meteorológica, no solo para elegir correctamente la ropa que debemos usar, sino también para usar un protector solar si fuera necesario. Evitaremos dolores de cabeza y quemaduras de piel.
No calentar antes de correr
No debemos empezar de golpe una carrera, ya que sufrimos el riesgo de lesionarnos. Los músculos deben estar calientes antes de aumentar el ritmo y exigirles su máximo. Por ello, antes de correr y de iniciar el entrenamiento es importante realizar un poco de trote suave para que la musculatura pueda adecuarse a todo lo que tendrá que soportar.
Realizar estiramientos
Tanto en el calentamiento como después del entrenamiento es importante que estiremos correctamente. Esta serie de estiramientos nos permitirá, por un lado, dar temperatura a los músculos y, por otro, relajarlos al final del entrenamiento. Las agujetas que podamos tener en los días siguientes no serán tan duras y el período de recuperación será más llevadero, al mismo tiempo que reducimos el riesgo de lesión.
No dormir adecuadamente
No respetar las 8 horas de sueño puede afectar a nuestro rendimiento en una maratón o en cualquier tipo de carrera de larga distancia. Por ello, planifiquemos correctamente nuestro día para tener esas 8 horas para dormir, descansar y recuperarnos para estar listos para el entrenamiento. En caso contrario, no podremos correr al ritmo que queremos de forma adecuada y podemos caer en la desmotivación.
No respetar los períodos de descanso
Cualquier tipo de programa deportivo para corredores debe contar con los momentos de descanso adecuados. No es bueno ni entrenar demasiado poco ni olvidar incluir un descanso adecuado. Por ello, cada día de carrera debe ir acompañado con sus pertinentes dos o tres días de descanso para recuperarnos adecuadamente antes de afrontar el siguiente día de entrenamiento. De esta forma, conseguiremos optimizar mucho mejor todo nuestro rendimiento a largo plazo.
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