Alrededor de un 20 % de nuestro cuerpo está conformado por proteínas. A diferencia de otros de nutrientes, como los hidratos de carbono o las grasas, las proteínas no se almacenan en el organismo, sino como parte de los tejidos y músculos. Esto significa que el cuerpo utiliza las que necesita para su funcionamiento y elimina el resto. Dependiendo del tipo de entrenamiento, hay un gran número de dietas que apuntan al consumo diario de proteínas.
Las proteínas pueden ser obtenidas a partir de diversos alimentos, entre los cuales se incluyen tanto plantas como animales.
¿Qué son las proteínas?
Para la mejor comprensión de su estructura y su absorción por el organismo, las proteínas pueden ser comparadas con cadenas conformadas por un gran número de eslabones. Estos eslabones que estructuran las proteínas son los aminoácidos. Existen 20 tipos de aminoácidos y el orden en la cadena corresponde a un solo tipo de proteína.
A pesar de que el organismo puede elaborar 12 de los 20 aminoácidos que conforman las proteínas, no puede hacerlo con los 8 restantes. Estos aminoácidos que el cuerpo es incapaz de producir y que deben ser ingeridos regularmente son los llamados esenciales. Estos son: leucina, isoleucina, valina, lisina, triptófano, fenilalanina, treonina y metionina.
El valor biológico de una fuente de proteínas va en función a la capacidad del organismo de asimilar estos aminoácidos que no puede sintetizar.
Proteínas de origen animal
Las proteínas de origen animal son más ricas en aminoácidos esenciales. Estas están presentes y en gran cantidad en las carnes, aves y pescados, además de los huevos y lácteos. Por otra parte, al no ser ricos en fibra, su digestibilidad es mayor que la de los alimentos que aportan proteínas de origen vegetal.
Adicionalmente, la concentración proteica es bastante más elevada en las proteínas de origen animal que en las de origen vegetal.
Proteínas de origen vegetal
Sin embargo, la ingesta de proteínas de origen vegetal ofrece algunas ventajas que las de origen animal no poseen. Quizá la más importante es el aporte a la dieta diaria de grasas insaturadas. Es importante hacer la salvedad de que el pescado azul, muy rico en Omega 3, es la única fuente de origen animal de grasas insaturadas, muy necesarias para la buena salud del sistema cardiovascular. Adicionalmente son ricos en fibras, las cuales son muy beneficiosas para la correcta salud del tracto intestinal.
La ingesta de proteínas presentes en vegetales es una excelente opción a la hora de someternos a dietas bajas en calorías. Otra gran ventaja de estas proteínas es que estas contienen menos purinas, lo cual facilita el filtrado y eliminación de estas sustancias relacionadas con la producción de ácido úrico, cuya acumulación en cristales es causa de la temible y dolorosa gota.
Entre las fuentes de proteínas de origen vegetal tenemos los granos enteros, leguminosas, nueces, almendras y ciertos alimentos fermentados de origen vegetal, como el tofu.
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